Olor a perro, el mejor olor del mundo, confianza y lealtad.

Onix


Catalogaba a la gente a través del olfato: Blake, su abuelo, olía a bondad, una mezcla de chaleco de lana y manzanilla; Bob, su padre, a reciedumbre: metal, cuero, tabaco y loción de afeitar; Bradley, a sensualidad, es decir, a sudor y cloro; Ryan Miller olía a confianza y lealtad, olor a perro, el mejor olor del mundo; Indiana, su madre, olía a magia, porque estaba impregnada de las fragancias de su oficio.” El Juego de Ripper, autora Isabel Allende.

El texto anterior refleja la importancia de los olores en nuestra memoria, al percibir determinados aromas de la infancia nos evocan recuerdos, experimentando una sensación agradable, existe una conexión entre el olfato, la memoria  y las emociones. 

Comparando el sentido del olfato de los perros con el de las personas, observamos que es más desarrollado en ellos, la capacidad olfativa del perro en comparación con la nuestra es aproximadamente de entre 10 mil y 100 mil veces más potente.

Como en muchos otros animales el cerebro del perro es el que controla y coordina todas las funciones de su cuerpo, recibiendo información constante de todos sus órganos sensoriales. El olfato facilitó en su día seguir el rastro de sus presas de forma exitosa, entender los mensajes enviados por otras especies …, fue un factor muy importante en la selección natural del perro, ya que aquellos con mejores cualidades en la detección de las presas y de los adversarios tenían más posibilidades de sobrevivir al resto. Por tanto podemos decir que es el instinto más desarrollado, los olores llegan a la mucosa olfativa para codificar los mismos, creando un mapa olfativo que pueden retener en la memoria durante mucho tiempo. Las informaciones olfativas se transmiten al sistema nervioso que lo integran y desencadena los comportamientos relacionados con el olor inhalado.

Se dice que los perros “ven “ a través de su nariz debido a la sensibilidad que tienen para distinguir los olores, gracias a la presencia, encima del hocico, entre la trufa y la boca tienen un órgano auxiliar llamado órgano de Jacobson que le permite extraer olores del aire. Las partículas que componen los aromas representan trazas que pueden ser seguidas por un perro a pesar de que hayan sido expelidas hace algún tiempo. Es importante que la nariz del perro esté húmeda para desarrollar su excelente habilidad, ya que su mucosa olfativa dispone de unas células quimiorreceptores encargadas de comprender las fragancias, algunas que nosotros no recibimos, y que les permiten comunicarse y orientarse.

Luna y Onix

Es importante que los perros sean perros, aunque nos nos guste que olisquee el trasero de otro peludo, con está practica y gracias al olfato conoce casi todo de sus congéneres ( edad, sexo, estado de salud …), porque las glándulas situadas debajo de la cola segregan unas sustancias que son distintas en cada perro. Recogen y distribuyen mensajes olfativos por el mundo. Por ejemplo, el olor a orina es diferente según sea para marcar territorio. Esto les permite tener desarrollada una memoria olfativa para recordar objetos, personas , lugares y otros animales por su olor, junto con la visión que tengan de ellos.

Los perros pastores, animales inteligentes, ágiles, con gran capacidad de aprendizaje y de resolver situaciones imprevistas, utilizan el olfato no solo para reconocer a los miembros del rebaño sino también para detectar la presencia de depredadores.

Se están realizando estudios para ver la forma de entrenar el olfato de los perros en la detección de enfermedades ( diabetes, cáncer, hipoglucemia …).

En los perros policías, para la búsqueda y el salvamento su olfato es ampliamente utilizado para la detección de drogas y explosivos. Pueden distinguir una gran variedad y hasta detectar alijos de papel moneda. Su capacidad de distinguir un olor determinado en medio de otros muchos ha permitido que sean los grandes héroes en el rescate de personas enterradas en un terremoto o víctimas de secuestros.

Últimamente estamos asistiendo a un auge en el deporte de la detección de sustancias olorosas con perros, con campeonatos a nivel nacional, en el que el guía y el perro deben localizar según determinadas reglas una sustancia olorosa que es un aceite esencial, fomentando la cooperación y el vínculo entre ambos.

Tener un perro en nuestra familia implica ponerle cabeza, corazón y trufas.

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