Piensa con la nariz.
“Lobito se acercó a Sara, en su boca llevaba un antifaz. Ella se lo puso y tomo con sus manos el pequeño rosal. Él cubrió sus ojos como ella. Ahora, con los ojos ciegos, era necesario buscar con el corazón. Cada flor es un alma para aquellos que quieran oír sus latidos. Una forma distinta de escuchar música.
Disfrutaron oliendo las flores. La naturaleza les deleito con su poesía. Su aroma les embriaga. Su cerebro les llenó con serotonina. Estaban relajados y concentrados en cada detalle de cada momento. Sara descubrió un placer que no conocía, pensar con la nariz.
Los dos sintieron que la vida es más enriquecedora cuando reparamos en ella. Es el tiempo que pasamos con nuestras rosas lo que las hace importantes. Su mayor tesoro era su amistad.
“Yo huelo lo que tú no puedes oler” —dijo Lobito.
Aquella tarde dejó la huella de buenos e inolvidables recuerdos, y cultivo en Sara la satisfacción de regalar rosas”
Inma Díaz.
Inspirado en los libros “El principito” de Antoine de Saint-Exupéry y “Juegos de olfato y rastreo”. Diversión para tu perro de Kristina Falke.
¡Feliz día del libro!
Capacidades sensoriales
En general, los sentidos más desarrollados en los perros son el olfato y el oído, les aportan más información. El gusto, el tacto y la vista son secundarios, aunque esta última capacidad como consecuencia de la vida en las ciudades se ha estimulado.