Latidos sincronizados

Corazón Canino.

“Profesora que me enseña a disfrutar el presente, ante el testimonio de la fugacidad del tiempo, cada día, cada instante sin repetición. Te paraste en medio de mi destino, sin importarte la meta, solo el camino. Yo contigo Carpe diem.

Eres la diferencia entre amor verdadero y de estación. Sin paradas, viajar contigo es un placer. Mi mente es como una habitación desordenada, sin encontrar nada que me permita distinguir pasado y presente. He abandonado todo a nuestra suerte. Cambiar y olvidar. Busco la intimidad de tus intactos pensamientos.

Tú eres la perra de todos mis parques, privado, acuático, ecológico y de bolsillo. Lejos de la ciudad, sentada junto al Roble, apoyada en su tronco, entre abrazos, crepúsculo, tranquilidad y chaparrones, nada más puedo sentir, nuestros latidos sincronizados en un Corazón Canino.” 

Inspirado en los libros" En la mente de un perro" de Alexandra Horowitz y "Los renglones torcidos de Dios" de Torcuato Luca De Tena Brunet, en el poema "A la izquierda del roble" de Mario Benedetti, y en la película "El Club de los Poetas Muertos" dirigida por Peter Weir.

Las personas como los perros somos animales sociales, adaptados a la vida en grupo. En la mayoría de los hogares del mundo conviven con un perro, y yo me pregunto: 

¿Qué es ser perro?

Esta pregunta intrépida es difícil de responder, ellos guardan en lo más íntimo sus pensamientos. Plantearnos esta cuestión es un sentido de aprendizaje, empatía y de ponerse en el lugar del otro. Olvidar el antropomorfismo para imaginar y entender su mundo. Un encuentro para conocerse y reconocerse con una actitud positiva nos permite establecer una conexión única. 

El grupo Corazón Canino está comprometido con la educación de nuestros hijos, basada en Disciplina Positiva, que ayuda a tener un sentido de cooperación. Es mutuamente respetuosa enseñando valiosas habilidades sociales y de vida, como los beneficios y las responsabilidades necesarias en las familias con animales. Contribuyendo de esta forma a mejorar la sociedad, el medio ambiente y nuestro planeta. Nuestro mundo es redondo, ¿nos abrazamos?. Te sorprenderás al ver lo que pasa. 

En el Corazón de un perro

Los perros sienten su mundo detectando movimientos, olores, sabores y sonidos que para nosotros pasan desapercibidos.

Son muy buenos observadores, perciben cada mínimo detalle, incluso un párpado en movimiento.

Entran en contacto con nosotros de manera no verbal e incluso interpretan nuestros gestos más pequeños. La cabeza y su cola son como espejos que nos informan de su estado de ánimo. Es decir, revelan sus sentimientos a través del lenguaje corporal.

Los perros perciben la mayor parte del entorno con la nariz, al respirar pueden evaluar por separado cada una de las moléculas de olor captadas, arcoíris de emociones.

Pueden aprender cómo son las cosas del entorno mientras lamen. Las clasifican en función de la posibilidad de manejarlas con la boca (masticables, comestibles …)

Sus orejas son móviles para poder dirigirlas hacia los sonidos.

El oído canino es más desarrollado que el humano, para alertarle de los peligros, y para comunicarse a distancia con sus congéneres mientras cazan.

Prestan atención a las cosas que son invisibles para nosotros. Con el tiempo han integrado los diferentes sonidos de la cultura humana, con el fin de adaptarse a los más habituales de su entorno.

Los perros viven el momento, sin el peso de la reflexión. Ellos viven el “aquí” y el “ahora”.

El olor marca la hora. Olores que se suavizan con el paso del tiempo y su futuro huele a brisa. Los olores llevan inherente la presencia del tiempo, estos nacen, se mueven y desaparecen.

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