“Cuando era joven soñaba mi vida futura, sin saber que todos formamos parte de un plan que no depende de nosotros, creía en ese cuento de hadas, que solo había una forma de crear familia. Tu llegaste a mi vida para llenarla de alegría, aceptando que la única constante es el cambio, de repente todo se transformó en agridulce, cuando nos comunicaron que Luna nos dejaría en menos de seis meses, mientras una vida se apagaba otra crecía en mi vientre, mi deseada maternidad se hacía realidad en mi madurez. En los brazos de la debilidad está la energía impaciente por salir, esencia de la vida. Y tú mi cachorro de Border Collie, con ganas de descubrir el mundo, te llame Ónix, que significa piedra de los nuevos comienzos y de la protección. Recuerdo mis hormonas locas removiendo mi estómago a todas horas, mientras mi mente organizaba la casa en zonas para vosotras en mi ausencia cuando trabajaba, planificando turnos y salidas a los parques a veces con Luna, otras contigo, y otras con las dos, dependiendo de cómo se encontrará ella, de tu adaptación y socialización. Pasaba muchas horas en el veterinario en paliativos con Luna y en urgencias contigo, mi trastito, que saltó del ascensor, que tragó las antipolillas, se rompió un dedo pastoreando a nuestra gata Mar al tirarse una silla …

Luna nos dejó, custodie mi sueño con el suyo, y con vértigo camine por rutas diferentes, esas en las que a veces te sientes observada y juzgada, pero decides ir a por todo, sabiendo que nada en la vida será igual. Mi tripa crecía y crecía, en nuestros parques, mi compañera de paseo en las tardes durante los nueve meses de embarazo, esos en los que te invade la alegría, la incertidumbre, y tomas consciencia que ese momento de gran responsabilidad está por llegar. Días de cansancio, de preocupación, noches con necesidad de un hombro donde poder apoyar para escuchar palabras para reconfortar “no te preocupes todo va a ir bien”, con silencio y sin tiempo para sentir soledad, porque tus ojos se cruzaban con los míos, mientras acariciaba mi tripa y llamaba a Sara, me hacéis sentir acompañada y darme esa fuerza que necesitaba. Recuerdo una tarde que habíamos caminado durante horas, empezó a llover, el suelo resbalaba, y comenzaron las contracciones de Braxton Hicks, te mire vi un cachorro casi perro joven que todavía estaba aprendiendo a caminar sin tirar de la correa, me pare, me apoye en un árbol sin saber que hacer, y de repente tu a mi lado, tranquila mirándome, sin avanzar y esperando a que todo pasará para volver juntas al hogar. Mi compañera de embarazo en las tardes gélidas paseando, en las noches dormidas a los pies de mi cama, donde mi mente cavilaba.

Sara nació y llegaron las presentaciones, te adaptaste de nuevo a todo. Te encantaba jugar en el parque y disfrutamos mucho, siempre pendiente de nosotras y acudiendo a mi silbido cuando nos íbamos. Me has ayudado tanto y me lo habéis puesto tan fácil. Algunas personas cuando salíamos las tres a las seis de la mañana en el frío invierno, recuerdo que me decían "debes de quererla mucho", y yo les decía “mucho, ellas son mi familia”.

Hoy me desnudo por ti, Onix para decirte que has sido esa mano amiga en el embarazo, esa mirada que me reconfortaba cuando sentía miedo, me ayudaste a mantenerme en forma, paciente esperando en la puerta del cuarto a que nuestro bebé se durmiera para poder entrenar juntas y aprender cosas nuevas. Y luego hay personas que etiquetan a los perros y las razas, mientras que yo solo puedo darte las gracias por ser y estar.

Y ahora cuando miro hacia atrás, si tuviera la oportunidad de hablar con aquella joven que soñaba con cuentos, le diría hay lugares mágicos que se descubren si dejas de seguir los mapas, laberintos donde merece la pena perderse, caminos elegidos de dulzura, amabilidad, afecto, aprecio y aceptación, esos de verdad, donde somos conscientes que lo que ocurre en nuestro interior es más importante que lo hemos dejado atrás, esos donde el corazón te lleva, siempre con vosotras, nosotras, contigo Onix, gracias por esos siete años juntas, sin cuentos y con un amanecer de múltiples colores, mágico 19 de febrero !Feliz cumpleaños!. Te quiero.”

Feat @onix #nosotras

Inspirado en el libro “La princesa que creía en los cuentos de hadas” de Marcia Grad.

El pergamino sagrado

“Creemos que esas verdades son evidentes … Aunque muchas veces no lo son…

Formamos parte de un plan que no depende de nosotros. Todos tenemos un lugar reservado

en este gran proyecto y una razón para existir…

Pues lo que sentimos en nuestro interior es nuestro mayor tesoro, la grandeza del universo

en sí mismo”

Onix, una vida sin cuentos

Chula, el sofá explotó

Siempre con ellos es San Valentín