Bailar en la oscuridad
Bailar en la oscuridad
“Me encantaba ir al teatro, poesía que representa la vida, real, ficción, ilusión o sombras al bajar el telón y terminar la función. La última obra, esa que me escogió a mí, no me preguntes por qué, yo tampoco lo puedo comprender.
Reminiscencia de los días donde contemplaba paisajes, cuadros de museos, leía libros, elegir el modo de vivir, sentirme libre como el agua que ahora solo puedo experimentar. Mundo en la oscuridad, sin colores, sin imágenes, únicamente viendo con mi mente, en sueños alimentados de recuerdos que conforme pasa el tiempo se vuelven tenues. Mis ojos dejaron de funcionar, se apagaron.
Tú eres mi esperanza, esa ventana, puerta que me devuelve a la vida, esa que solo podre sentir contigo, mi guía noche y día, que me protege de los peligros al cruzar la calle, al girar en una esquina…
Lo sé, lo dijo El Principito, “lo esencial es invisible a los ojos”, eso que me enseñas y me regalas a diario, que depende de nosotros que la buena literatura continúe. A tu lado, dejo como legado mis temores. He vivido tantas estaciones, pero esta es la más especial de todas. He dejado de correr, hemos aprendido a caminar juntos, mientras miro con tus ojos, y percibo un nuevo mundo.”
Inspirado en las películas “Bailar en la oscuridad” de Lars Von Trier y “Sola en la Oscuridad “de Terence Young.
Texto dedicado a:
Todas las personas, valientes, que superan a diario barreras arquitectónicas en las ciudades (aceras con tramos imperfectos que invitan a tropezar, adoquines, personas con prisas, estaciones de metro con largas escaleras …).
Los perros guía que son puertas al mundo para ellas. Que a pesar de ser jóvenes y observar a otros perros jugar, saben que en esos momentos no pueden hacerlo porque están trabajando.
Los educadores caninos y a las escuelas por su profesionalidad al formarlos en una labor con gran responsabilidad.
Las familias, que en los dos primeros años de vida acogen a estos perros. Enseñando las pautas que les indican en las escuelas, y les proporcionan una adecuada socialización; sabiendo que, aunque se encariñen con ellos, tendrán que pasar a la escuela para graduarse y ponerse a disposición de los afiliados como perro guía, sus ojos.
La última función
Los perros guía
Son adiestrados para ayudar a una persona invidente o con alguna deficiencia visual grave en sus desplazamientos, al advertirles de los peligros debidos los obstáculos de las ciudades, mejorando independencia y movilidad. No pueden ser entrenados para interpretar un semáforo, al no ser capaces de distinguir colores como el verde y el rojo.
Requieren un alto nivel de preparación en centros especializados cuya profesionalidad se garantiza por los estándares internacionales marcados por la International Guide Dog Federation (IGDF). La Fundación Once Perro Guía (FOPG) es el único centro de adiestramiento miembro de pleno derecho de IGDF en España, donde la mayoría de los perros guía son entrenados y certificados por la ONCE.
Algunas de las muchas cosas que se les enseña es a reconocer y superar obstáculos, avisar a la persona de la llegada a bordillos, desniveles, puertas, escaleras, asientos libres … , a desobedecer en caso de peligro de integridad física, por ejemplo al cruzar que se aproxime un vehículo. Es fundamental que tenga capacidad de motivación, concentración y baja sensibilidad al ruido.
Los perros guía tienen que estar muy bien socializados y adaptados a diferentes entornos sociales con otros animales y personas. Se tiende a minimizar los instintos naturales de caza, guarda y protección. Se entrena la obediencia, aspecto que se trabaja desde la etapa de cachorro con la familia de acogida hasta que al 12 o 18 meses pasa a la escuela para continuar con su formación.
Los perros guía cumplen unos requisitos de salud e higiene muy estrictos, debido a que entran en todo tipo de espacios y establecimientos públicos o de uso público (médico, hospital, restaurante…)
Perro Guía en el Centro Médico de Aluche (Madrid)
Los pastores alemanes fueron los primeros perros en ser guía en Gran Bretaña después de la primera guerra mundial. Sin embargo, la raza que habitualmente se utiliza es el Labrador Retriever, por su versatilidad y carácter sociable. Otras razas de perros guías son Golden, Flat Coated Retriever, Caniche Gigante y los labradoodle, estos últimos tienen un pelaje adecuado para personas alérgicas al pelo del perro.
En los últimos años, se ha iniciado adiestramientos a perros de otras razas, y de protectoras, con el fin de lograr un doble objetivo al facilitar un hogar para asistir a personas con capacidades diferentes.
“No puedo negar que mi discapacidad visual me ha hecho ver el mundo más allá de lo que imaginaba antes”
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