Yo me pregunto … Cómo dibujar a mi perro

Para pintar un perro hay que hacerlo con imaginación y cariño.

No quiero captar un instante, más bien la inquietud, los detalles secretos y el paso del tiempo, dibujaré nuestros momentos de tempo especial, diferente al habitual.

Te retrataré feliz, con grana cochinilla el color de mi amor, azul ultramar, para ello voy a moler mi collar de lapislázuli, ocre como la tierra de nuestro parque donde jugamos todas las tardes y azul de Prusia como nuestros veranos en la playa.

Primero voy a delinear tu hocico para que puedas oler y detectar cosas.  Y cuando a veces tengas temor o quieras tu espacio puedas olisquear y evadirte.

Luego diseñaré tus orejas, las pondré levantadas para que seas feliz y con la cola en movimiento.

Tus ojos que se iluminan cuando entró en casa, los colorearé como si miraran hacia mí, pero deteniéndote en los puntos intermedios.

Te pondré la boca con la lengua por fuera y colgando, con los belfos sosegados esbozando una sonrisa, la misma que me produces cuando llego a casa y me espera en la puerta después de volver del cole.

Te perfilaré con el pelo largo y sedoso, que parezca muy suave como mis caricias.

Con trazos y con calma como tus señales te tatuaré en mi corazón, para demostrarte que no quiero hacerte daño, pretendo cuidarte, convivir con cooperación y conexión.

Anhelo ser tu amiga y que tú seas un perro feliz.

Te ilustraré con arte, para hacernos meditar sobre la vida y el mundo que nos envuelve, que lo sombrearé con forma redonda para encontrarnos y abrazarnos.

Inspirado en los libros “Mentes curiosas. Yo me pregunto… El arte. Texto Katie Daynes. Ilustraciones: Marie _Eve Tremblay. Diseño: Jodie Smith y “El libro de Gloria Fuertes para niños y niñas” Ilustrado por Marta Altés, en la poesía “Cómo se dibuja un niño”.

Os invitamos al taller On line “Disciplina Positiva: Educar desde la conexión y el respeto mutuo”, el 23 de mayo desde 17-19 horas, impartido por la Encouragement Consultant, Psicóloga María José Román y la Educadora Canina Inma Díaz, ambas educadoras Certificadas en Disciplina Positiva en Familias.

En los talleres abordaremos diferentes temas sobre educación en familia, los beneficios y responsabilidades de convivir con animales. La educación en positivo ayuda a los niños a tener sentido de conexión y a fortalecer el vínculo con los perros

Con @a_que_sabe_un_abrazo escríbenos a guau@corazoncanino.com.

Educar desde la conexión y con corazón canino.

Educar en positivo, de forma amable y firme, es efectivo a largo plazo, requiere paciencia y responsabilidad por parte de la familia, para poder implicarse en el proceso, aprender sobre el mundo del perro para entender y escucharle. Conocer cómo se comunica, su lenguaje, su estado emocional, sus circunstancias y el momento en el que se encuentra.

Promover una convivencia equilibrada, aprendiendo a respetar las necesidades de cada miembro de la familia con el fin de evitar confrontaciones y potenciar el vínculo, la conexión y la cooperación.

Evitaremos las etiquetas y analizaremos las causas de todo comportamiento, con calma, intentando anticiparnos, buscando soluciones, no culpables y convertiremos los errores en oportunidades para aprender y evolucionar, porque lo importante no es la meta, es el camino. En ocasiones, distraer y redirigir la atención puede cambiar la energía de una situación.

Aprovecharemos los comportamientos naturales del individuo y los modelaremos de forma gradual, respetuosa y amable como parte del proceso de adaptación del entorno. Ayudaremos a nuestros perros a enfrentarse a diferentes situaciones dotándolos de herramientas adecuadas.

Nos ajustaremos a su ritmo, a su edad, a su capacidad y a sus motivaciones. Limitaremos las opciones y fragmentamos en pequeños logros o pasos con criterio para poder lograr el propósito final.  Con frecuencia, las consecuencias lógicas son castigos mal disfrazados, por eso siempre deberán ser relacionadas, respetuosas, razonables y útiles. 

Estableceremos rutinas para que se sientan seguros, utilizaremos los desafíos diarios como ocasiones para practicar la solución de los problemas, que aprendan a pensar, para empoderarse.  Mostraremos confianza en ellos y fomentaremos el vínculo. 

Evitaremos sermonear e insistir. Una señal no verbal puede decir más que mil palabras Utilizaremos un tono verbal adecuado. Decidiremos qué hacer, en vez de ser parte de la lucha. Controlaremos nuestro comportamiento, el ejemplo es el mejor maestro. El tiempo fuera positivo nos ayudará a calmarnos y sentirnos mejor, para actuar mejor.

Entrenar es una parte importante para enseñar a nuestros perros determinadas habilidades. Además del refuerzo con comida y juego, también utilizaremos el social, con cumplidos, agradecimiento y caricias. Generamos cercanía y confianza en lugar de distancia y hostilidad, es decir, conexión antes que corrección.

Limitaremos el tiempo frente al móvil o las pantallas. Programaremos momentos de tiempo especial diferente al normal. El juego y sentido del humor puede ayudarnos a relajarnos.

Prestaremos atención a nuestra familia, recordemos que sus ojos se iluminan cuando llegamos a casa, y pediremos ayuda a profesionales en caso de que no seamos capaces de abordar determinadas circunstancias.

“... Que venga la luna

que a la estrella mece, 

que esté niño tuyo

lucero parece. ”

Versos de la madre. Gloria Fuertes

La fuente utilizada para el articulo han sido las 52 tarjetas “Herramientas de Disciplina Positiva para la Crianza” por Jane Nelsen y Adrián Garsia. Ilustraciones por Paula Gray, adaptadas a la educación canina en positivo.

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